Dentro de un conflicto encontramos también diferentes maneras y perfiles de abordarlo que no siempre lleva a la resolución de este. Entre los diferentes estilos de afrontar un conflicto, Ken Thomas y Ralph Kilmann realizaron un test (TKI: “Thomas-Kilmann Instrument”) para definir el tipo de enfrentamiento al conflicto y nos aportan los siguientes:
Competición:
Alta asertividad / Baja cooperación
En este estilo la persona mantiene una posición firme, utiliza amenazas, sanciones e imposiciones para que la otra parte acepte su solución.
Hasta que hay un ganador y un perdedor no cede por lo que el conflicto no se resuelve sino que aumentamos los conflictos y empeoramos la relación.
Muestra un alto interés y preocupación por uno mismo y muy bajo respecto a la otra parte.
Colaboración:
Alta asertividad /Alta cooperación
La persona es tanto asertiva como cooperativa, le preocupa sus intereses y los de las otras partes.
Cuando colabora el individuo trabaja con las otras partes para encontrar una solución que satisfaga a todos.
Analiza e identificar los intereses de cada uno y busca una alternativa que compense a ambos.
Compromiso o negociación:
Media asertividad / Media cooperación
En este estilo ambas personas sacrifican algunos de sus intereses a cambio de conseguir otra parte.
Hay un compromiso y el objetivo es encontrar una solución oportuna y mutuamente aceptable que satisfaga parcialmente a ambas partes.
El compromiso se encuentra entre el competidor y el complaciente, otorgando más que compitiendo pero siendo menos complaciente.
Evitación o evasión:
Baja asertividad / Baja cooperación
Se trata de una actitud escapista ante los conflictos.
No busca hacer nada, espera a que el conflicto se disuelva por no enfrentarse a él.
No busca satisfacer sus propios intereses ni los de la otra parte, sólo busca la tranquilidad y el no enfrentamiento, sin embargo el problema no se resuelve por lo que tarde o temprano volverá a surgir.
Acomodación:
Baja asertividad / Alta cooperación
En este estilo se anteponen los intereses del otro al propio.
Se satisfacen los intereses de la otra persona y se renuncia a sus propias necesidades ya que lo que busca es ajustarse a las expectativas de la otra persona.
Sin embargo esta forma de ceder sin conseguir ningún resultado favorable para la propia persona puede llegar a afectar la autoestima y a crear asimetrías de poder en la relación.
«Y tú, ¿en qué perfil te ves reflejado/a?»
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